jueves, 28 de julio de 2016

EL ACTIVISMO MOTIVACIONAL EN LAS ORGANIZACIONES

EL ACTIVISMO MOTIVACIONAL EN LAS ORGANIZACIONES
Sea un activista motivacional, mejore el clima laboral y comprometa e inspire a su equipo de trabajo.

El éxito en las organizaciones siempre estará en el grado de compromiso de sus colaboradores y a su vez este esta asociado fundamentalmente a los buenos refuerzos o estímulos monetarios y no monetarios, sobretodo en aquellas organizaciones que valoran el capital humano y que no ven el refuerzo motivacional como gasto cosmético, sino como una inversión estratégica.

El planteamiento conductista argumenta que los refuerzos condicionan el comportamiento, es decir, un administrador que motiva a sus empleados reforzando o alentando los comportamientos deseados a través de recompensas a la productividad, al alto desempeño y compromiso, desalentara los comportamientos no deseados, como el deterioro del desempeño, el ausentismo, y las ineficiencias.

El refuerzo positivo según Iván Pavlov, implica equiparar un comportamiento o resultado deseado con recompensas o retroalimentación, por ejemplo: una persona que trabaja vendiendo zapatos recibe el 5% , o 10% por cada par de zapatos vendidos; el comportamiento deseado: la venta de zapatos, va aparejado y  directamente proporcional con la recompensa económica. Esta retroalimentación da forma al comportamiento reforzado o recompensado, para que se repita constantemente la actitud o se aproxime a la conducta deseada en cuanto al incremento de la actividad de las ventas.

El activismo motivacional:
El activismo motivacional en las organizaciones es la herramienta de la ciencia administrativa de los Recursos Humanos que permite a través de un conjunto de actividades y acciones permanentes de incentivos y reconocimiento continuo, la renovación constante del espíritu de satisfacción, responsabilidad y compromiso de los trabajadores, al establecer una conexión psicológica de afecto y lealtad de los mismos para con la empresa o institución. Para ello las gerencias encargadas de brindar atención a los recursos humanos estratégicamente deben establecer dentro de sus planes de servicios al personal acciones periódicas y equitativas de valoración y atención selectiva a los empleados de los diferentes departamentos, ya sea dentro de lo contractual o fuera de lo contractual y coordinar una política conjunta con las gerencias aliadas que permita atender multidisciplinariamente las necesidades de reconocimiento de los individuos que conforman la organización, elaborando programas alternos a los incentivos por objetivos cumplidos o metas de producción.

SIN AFECTO NO HAY EQUIPO:

Nunca es tarde para activar con buenos estímulos al personal colaborador y reconocer afectiva y oportunamente con elogios, presentes, eventos, capacitación profesional, premios y detalles lo valioso que son los trabajadores como equipo. Al hacerlos sentir importantes y apreciados por la organización se logra disminuir cualquier efecto psicológico corrosivo en el carácter del trabajador, producido por los años de arduo y repetitivo trabajo. Los resultados del reconocimiento continuo en las organizaciones siempre serán extraordinarios en cuanto a la productividad y al buen clima laboral, además que permite la reducción de la rotación externa de personal o perdida de capital humano y además reduce o elimina el presentismo laboral.

El valor y la contribución de un buen y leal trabajador siempre será inconmensurable en retribuir, por lo que las empresas no se deben escatimar esfuerzos ni recursos económicos para tal fin. Es importante tomar en cuenta que el mejor estímulo que activa al ser humano está en la palabra oportuna, que hace sentir al trabajador apoyado y estimado a lo largo de su vida laboral, los individuos en las organizaciones no solo buscan el dinero, sino también crecimiento y desarrollo personal a través de su esfuerzo y contribución en el trabajo.

En el mundo de las empresas y las organizaciones en general, es muy común oír a empresarios, ejecutivos y supervisores encasillar erróneamente a sus trabajadores en determinados roles y conductas. Por ejemplo: “Mi personal es incompetente”; “No sé qué hacer con esta gente”; “¿Por qué no le pones más interés al trabajo?".

Debemos centrarnos activamente en las cosas positivas de los trabajadores, exaltarlas y premiarlas para así obtener siempre lo mejor de cada uno de ellos. "Trátame como un empleado de tercera categoría y actuaré como un empleado de tercera, trátame como un empleado de primera y me comportare como un empleado de primera o al menos daré lo mejor de mí en forma sincera y honesta".
 
La motivación siempre es interna en cada persona, pero es como el fuego que puede extinguirse si se le niega el oxígeno.
 
Valoración y reconocimiento continuo = Respeto, eficiencia y productividad.

Alexis E Blanco Blanco.
Licdo: Relaciones Industriales.

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